Hay días en los que el cuerpo empieza a enviar mensajes sutiles, pero insistentes. En mi caso, uno de esos mensajes ha sido esa sensación rara, como si la presión subiera de repente. No hablo de diagnósticos ni términos médicos, solo de lo que he sentido: un poco de pesadez en la cabeza, una leve molestia detrás de los ojos, y a veces, esa incomodidad que no se puede explicar fácilmente.
🌱 Cuando el estrés se hace notar
Me di cuenta de que esto pasaba más en días de mucho estrés. Cuando las tareas se acumulan, no duermo bien o no me doy pausas durante el día, mi cuerpo lo siente. Por eso, empecé a hacer pequeños cambios: detenerme unos minutos para respirar, salir a tomar aire, o simplemente desconectarme del celular y cerrar los ojos un rato. Son cosas simples, pero me han ayudado a sentirme mejor.
🍎 Lo que como sí importa
También noté que mi alimentación influye muchísimo. Cuando abuso de alimentos salados o de paquetes, siento más esa incomodidad. En cambio, los días que como más natural —frutas, verduras, agua, menos procesados— me siento más liviana. No se trata de dietas estrictas, sino de balance y escuchar al cuerpo.
Algo curioso que me pasa: si como demasiado o si me salto alguna comida, esa sensación incómoda se vuelve más notoria. Aprendí a no irme a los extremos. Comer a horas regulares, con porciones razonables y alimentos frescos ha sido clave.
🚶♀️ Mover el cuerpo, aunque sea un poco
Algo que no puedo dejar por fuera es el movimiento. Cuando camino, hago yoga o incluso solo estiro un poco en casa, me siento mucho más clara y estable. No necesito entrenar todos los días, pero sí darle espacio al cuerpo para moverse. Hasta las pausas activas en medio del trabajo marcan la diferencia. Estirar los brazos, mover el cuello, caminar cinco minutos… todo suma.
💨 Respirar también ayuda
En momentos de tensión, me funciona mucho respirar de forma consciente. Tomo aire profundo por la nariz, lo retengo un poco y luego suelto lento por la boca. A veces uso la técnica 4-7-8 y siento que mi mente baja revoluciones. No es magia, pero me ayuda a relajarme sin necesitar nada más.
💬 Un mensaje desde mi experiencia
No soy experta ni tengo respuestas médicas, solo comparto lo que he vivido y lo que me ha hecho bien. Cuidar lo que como, moverme más, descansar mejor y respirar con calma ha sido parte de mi camino para sentirme mejor conmigo misma.
Si tú también has sentido algo parecido, tal vez observar tu rutina y hacer pequeños ajustes te ayude a sentir más equilibrio. Cada cuerpo es distinto, pero todos merecen atención.
🩺 Nota importante: Este artículo refleja una experiencia personal y no sustituye el consejo profesional. Si tienes molestias o inquietudes relacionadas con tu salud, lo ideal es consultar con un médico de confianza.